Londres.- El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, anunció el domingo el reconocimiento formal del Estado de Palestina. Esta decisión busca "revivir la esperanza de la paz" entre palestinos e israelíes, promoviendo una solución de dos Estados. Starmer, en un video publicado en redes sociales, afirmó: "Ante el creciente horror en Oriente Medio, actuamos para mantener viva la posibilidad de la paz y una solución de dos Estados. Esto significa un Israel seguro y protegido junto a un Estado palestino viable. Por el momento no tenemos ninguno de los dos".

El primer ministro británico destacó que este reconocimiento no es una "recompensa" para el grupo islamista Hamás, como han afirmado líderes israelíes y estadounidenses. Starmer subrayó que "Hamás es una organización terrorista brutal" y que su visión es contraria a la solución de dos Estados. Además, anunció que se implementarán más sanciones contra Hamás en las próximas semanas.

Starmer había anticipado en julio que reconocería el Estado de Palestina si Israel no cumplía con ciertas condiciones, como un alto el fuego y el fin de la situación crítica en Gaza. En los últimos meses, Israel ha intensificado su ofensiva en Gaza, lo que ha llevado a una crisis humanitaria. El primer ministro británico expresó que la esperanza de una solución de dos Estados se "desvanece" debido a las acciones de Hamás y la construcción de asentamientos en Cisjordania.

En su discurso, hizo un llamado a la liberación de los rehenes capturados por Hamás y pidió al Gobierno israelí que detenga sus "tácticas crueles" y facilite la entrada de ayuda humanitaria. Starmer enfatizó: "Decenas de miles de personas han sido asesinadas, incluidas miles que intentaban recoger agua y comida. Esta muerte y destrucción nos horroriza a todos. Esto debe terminar".

La decisión del Reino Unido se produce en un contexto en el que Canadá y Australia también han reconocido el Estado palestino, y se espera que más países se sumen a esta iniciativa antes de la Asamblea General de la ONU. Este reconocimiento por parte de Gran Bretaña, que ha sido un aliado histórico de Israel, podría tensar aún más las relaciones con Tel Aviv y Washington.