Durante siglos, el matrimonio fue visto como un punto de partida económico : una alianza para construir juntos patrimonio, vivienda y estabilidad . Hoy, esa visión ha cambiado. Para muchos jóvenes estadounidenses, casarse ya no es el comienzo de la vida adulta , sino el resultado de haber alcanzado previamente seguridad financiera y estabilidad personal .

Ryan y Amanda Dona , quienes se casaron en febrero, lo describen como un símbolo de haber llegado a una etapa más sólida. Antes de la boda , ya habían cumplido metas clave: ascensos laborales , compra de una casa en Long Island y la adopción de un perro . Para ellos, el matrimonio fue más un sello de consolidación que un primer paso.

Este cambio responde a lo que los expertos llaman el modelo de matrimonio de piedra angu

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