Cartas al director

Últimamente escucho mucho eso de: «Los jóvenes no quieren trabajar». La realidad es distinta: sí queremos trabajar, solo que no bajo cualquier condición. No es que falte voluntad ni ganas, lo que faltan son empleos dignos que respeten la Ley y no nos engañen.

Hoy, demasiadas personas aceptan jornadas interminables, contratos con cláusulas abusivas o salarios que no alcanzan ni siquiera el mínimo, porque sienten la presión de perder su empleo si se quejan. Esa es la realidad que muchos jóvenes y no tan jóvenes viven cada día.

Al mismo tiempo, se está consolidando un cambio de mentalidad. Ya no buscamos únicamente un sueldo: valoramos la estabilidad que nos da seguridad, la conciliación que nos permite cuidar de nuestra vida personal y el respeto a los horarios que nos

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