Las exequias en memoria del activista conservador Charlie Kirk, recientemente asesinado, arrancaron ayer en el Estadio State Farm de Arizona con la presencia de decenas de miles de seguidores y la pompa y la envergadura propias de un gran funeral de Estado.

El evento celebrado en el recinto deportivo, que registró el lleno absoluto con 73.000 asistentes, arrancó con cánticos evangélicos y después un conjunto de gaiteros que interpretó la melodía de ‘Gracia divina’ frente a un gran retrato de Kirk montado sobre un enorme escenario.

Rob McCoy, un pastor de California muy cercano a Kirk, inició el servicio para dar paso al himno nacional y después a otros oradores, como el presidente de la universidad de Michigan donde Kirk estudió o miembros de su organización, Turning Point.

Las alabanza

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