Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Es común escuchar a los ministros, gobernadores, alcaldes, rectores de universidades públicas y demás entidades oficiales, que la falta de recursos está generando un incumplimiento en la ejecución de sus programas de inversión que se encuentran condensados en sus respectivos planes de acción y de Desarrollo para la presente vigencia. Desde estas líneas, he venido expresando en otrora, que el gobierno nacional, se ha desbordado en los gastos de funcionamiento durante el presente trienio y que el manejo incoherente en la aplicación de los instrumentos de la política macroeconómica del país y el aumento exponencial de la criminalidad le ha pasado factura a los recaudos, cuyas metas no han cumplido con las expectativas que tenían para buscar el equilibrio