El argentino huye siempre del caos y busca el orden.
Raúl Alfonsín, en 1984, representó el orden frente al caos de un peronismo débil con el genocidio.
Carlos Menem representó el orden frente al caos de la hiperinflación de 1989.
Néstor Kirchner fue el orden frente al caos del default de deuda soberana más grande del siglo 20.
Cristina Kirchner representó el orden luego de la muerte de su marido.
Javier Milei era el orden frente al caos de un kirchnerismo marcado por la incompetencia y por la alta corrupción.
Castigar a la casta política fue un acierto táctico de Milei. Donald Trump lo hizo con el muro a los mejicanos. Y Adolf Hitler, con el Tratado de Versalles.
Una sociedad agotada y humillada por imposturas votó a Milei. Han pasado dos años y esa misma sociedad decide dar vuelta