Juan Carlos I no hace nada por casualidad. El emérito demandó a Miguel Ángel Revilla por vulnerar su honor en su último libro para conseguir un propósito. Sabe que el político es un gran altavoz mediático, pero no contaba con el cariño de los españoles. El padre de la infanta Elena está muy cansado de vivir en el exilio. Ha cumplido ya cinco años en Abu Dabi y cree que su condena está pagada. Tiene casi 88 años y cada vez es más mayor. Sus problemas de salud se multiplican, y no merece vivir tan lejos de su familia y amigos, su gran miedo es morir completamente solo y que su cuerpo sea repatriado, algo que sería una deshonra también para su hijo. Con este último movimiento ha querido dejar claro que aún tiene mucho poder y puede destrozar a los reyes cuando quiera, aunque no es su in
Juan Carlos I y su hijo llegan a un acuerdo para que pueda volver a tener casa en España

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