La incertidumbre se vuelve algo más cotidiano de lo que pensamos. Hay de todo tipo, por ejemplo cuando se espera el resultado de un examen, de una entrevista de trabajo, de una propuesta amorosa. Hay una muy diferente, por ejemplo cuando no se sabe nada de un ser querido, sobran por desgracia las historias de quienes van a las autoridades para levantar las fichas de búsqueda.
Las cifras tienen rostro, las promesas de las autoridades en ocasiones se logran y en otras tantas se alargan. Pero estos días sorprenden las ausencias de quienes quedan en el limbo de un olvido un poco raro. Pongo dos ejemplos.
El primero en Tepic, luego de una tromba reciente un motociclista queda atrapado de forma peculiar con su vehículo en la inundación y fallece al parecer ahogado, días después no habían recla