La controversia que siempre ha rodeado la compra de los cazas F-35 en Suiza ha escalado hasta el punto de que una comisión parlamentaria se ha visto obligada a abrir una investigación. El objetivo es esclarecer los pormenores de un acuerdo con Estados Unidos que se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el Gobierno helvético y que amenaza con fracturar de nuevo a la opinión pública del país. Esta situación refleja la complejidad que rodea la adquisición de este caza, un debate que no es exclusivo del país alpino, pues también ha sido objeto de análisis y controversia.
De hecho, el origen de esta tormenta política y social se encuentra en una cláusula contractual que ha hecho saltar por los aires toda la planificación financiera. El acuerdo inicial, cerrado por 6.000 mil