París , esa ciudad de luces eternas, se prepara una vez más para convertirse en el epicentro del fútbol mundial . Este lunes, el Théâtre du Châtelet acogerá la 69ª edición del Balón de Oro , un evento que trasciende el mero reconocimiento deportivo para convertirse en un ritual global de admiración y debate. En un año marcado por el resurgir de talentos inesperados y el ocaso de eras legendarias, esta ceremonia promete ser una de las más impredecibles de la última década. No hay un Lionel Messi ni un Cristiano Ronaldo en el horizonte, ausentes por segunda edición consecutiva, pero el vacío lo llenan nombres que representan el pulso renovado del deporte: innovación, juventud y, sobre todo, impacto colectivo.

La temporada 2024/25 ha sido un torbellino de trofeos y sorpresas. El

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