En el vasto y turbulento panorama económico de África, Aliko Dangote emerge como una figura colosal, no sólo por su fortuna estimada en US$ 24 mil millones —la más alta del continente—, sino por su audaz visión de industrializar Nigeria y, por extensión, el África subsahariana.

Fundador y presidente del Dangote Group, un conglomerado que abarca desde la producción de cement o hasta la refinación de petróleo, Dangote convirtió un modesto préstamo familiar en un imperio que genera miles de empleos y redefine la dependencia energética de su país.

Sin embargo, su trayectoria plantea a muchos una interrogante central: ¿servirá su ambición para elevar a una nación empobrecida, o consolidará un poder personal comparable al de John D. Rockefeller en la era dorada de Estados Unidos?

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