Roma Tumbonas vacías y sombrillas cerradas. Ésta ha sido la postal de este verano en Italia. Los precios desorbitados y la caída del poder adquisitivo han obligado a muchas familias a recortar los días de veraneo, y casi la mitad de los italianos (un 49,2%) se han quedado en casa en julio y agosto. Acabada la temporada, a los operadores turísticos no les salen las cuentas.

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