Tras el telón, la figura de Yelitza Santaella contribuye a configurar un mejor destino para su tierra natal.
Respetada por Maduro y respaldada por Diosdado, ejerce su apostolado desde el partido de gobierno, simbolizando a través del ministerio, la mujer venezolana.
Con ansias de aportar, va abriendo caminos en el nivel central para que Loa Tamaronis y Asnardo Rodríguez transiten a sus anchas.
Mas allá de la amistad que la une a la gobernadora y el vínculo filial con el alcalde, quiere con ellos, hacer del estado un referente nacional del buen vivir y la dignidad ciudadana.
Acercándose cada vez que puede, con tan solo imaginar que podrá dispensar, en medio de su atiborrada agenda una visita al Delta, experimenta sacudidas en el corazón. No en balde, en Clavellina está enterrado su cord