Un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) logró un avance en neurociencia aplicada, al demostrar el potencial de las interfaces cerebro-computadora.

En este estudio, publicado en la revista Cell, un hombre que había quedado paralizado tras un derrame cerebral consiguió mover un brazo robótico únicamente con sus pensamientos.

Cabe destacar que el éxito de este estudio fue posible por medio la combinación de sensores cerebrales con un modelo de inteligencia artificial de última generación, capaz de interpretar señales neuronales y transformarlas en movimientos precisos.

Adicionalmente, sorprendió la estabilidad alcanzada. El dispositivo funcionó sin interrupciones durante siete meses completos, mientras que investigaciones previas apenas logra

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