El nuevo Rolls-Royce Cullinan Cosmos busca ser más que una variación de lujo del SUV británico: es una obra de arte sobre ruedas diseñada para capturar la imaginación, nacida del sueño compartido de unos padres y su hijo de apenas cuatro años.

Encargado a través de la división Bespoke de Rolls-Royce —y canalizado por su oficina privada en Dubai—, este vehículo exclusivo incorpora detalles únicos que lo distinguen de cualquier otro Cullinan.

El centro de la idea creativa es el techo interior, conocido como Starlight Headliner, que en este caso ha sido pintado completamente a mano por uno de los artistas de la fábrica durante más de 160 horas de trabajo.

La obra recrea una interpretación etérea de la Vía Láctea, con efectos de neblina estelar y constelaciones, logrados a través de más de

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