Las medidas impulsadas por la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Estivella ante lo que consideran una «ocupación ilegal» en pleno monte protegido del Garbí h an devuelto el silencio y la soledad a la ermita. Esto contrasta con un insólito verano en el que el empresario José Ramón Mateu no ha dejado de abrirla a las visitas cada fin de semana tras cambiar su candado a mediados de julio , asegurando que es su nuevo dueño, por mucho que el Ayuntamiento de Estivella asegure tenerla registrada a su nombre.

La reciente intervención de las brigadas forestales de la Conselleria y la Policía Local de Estivella para poner un nuevo candado del consistorio han hecho reorientar la estrategia del hostelero para defender sus proyectos turísticos en los terrenos de la antigua fonda anex

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