Recuerdas aquel 'yo no soy tonto' que cierta cadena de electrodomésticos utilizaba como eslogan? Tiene mucho que ver con el llamado 'efecto señuelo' que las ... marcas utilizan para hacernos elegir determinados productos -normalmente, lo más caros- sin que nos demos cuenta... es más, lo consiguen haciéndonos creer que somos muy avispados.
Un ejemplo habitual es el de los cubos de palomitas que se venden en los cines, donde solemos encontrarnos tres opciones. El tamaño pequeño y el grande suelen variar bastante de precio, mientras que el mediano apenas lo hace respecto a su hermano mayor. Así, si el primero cuesta 6,50 euros y el segundo 7, la lógica dicta optar por este último. Nos decimos que, en efecto, no somos tontos; que por unos insignificantes 50 céntimos podemos tener el doble