A principios de 2015, en el agónico final de la larga hegemonía del PP, el Consell de Alberto Fabra , con Serafín Castellano como ideólogo, se sacó de la chistera una ley de identidad que agitaba el temor al tripartito de izquierdas que se avecinaba.

Una década después, en el convulso ecuador de legislatura de Carlos Mazón, asediado por la gestión de la dana , el Palau vuelve a desempolvar el cajón de los clásicos de la derecha valenciana ante situaciones de urgencia: lengua, la preservación de las señas de identidad ante la amenaza exterior del pancatalanismo y ETA.

En el ‘top ten’ de la cuarentena de medidas que ha presentado esta mañana el president en el debate de política general aparece, por encima de todas, la voluntad de impulsar los cambios normativos necesarios para

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