Una creciente preocupación por el bienestar mental ha impulsado a muchos a buscar alternativas accesibles y efectivas para cuidar el cerebro.

Entre las opciones resalta el aceite de oliva, protagonista de la dieta mediterránea, que ha ganado relevancia no solo por su papel en la cocina, sino también por su impacto en la salud neurológica. Según EatingWell, recientes investigaciones respaldan el potencial de este alimento en la protección frente a trastornos neurodegenerativos, proporcionando razones sólidas para prestar atención a su consumo diario y a las condiciones en que se almacena y utiliza en casa.

Una investigación reciente ha captado el interés tanto de profesionales de la nutrición como del público en general, al señalar una asociación relevante entre el consumo regular de acei

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