El culebrón de la vida nacional cada día se parece más a una película de Ismael Rodríguez. Vemos gente desgarrándose las vestiduras para asegurar que los amigos del expresidente López Obrador, y el hijo pródigo de Macuspana mismo, son inocentes. Son víctimas de calumnias con intenciones aviesas ya que en realidad son seres impolutos, que están casi a punto de levitar.
Todos los negocios sucios que se hicieron alrededor de ellos no los tocaron porque ellos, siempre tratando de discernir mensajes divinos; o sea, haciendo como que la virgen les hablaba, no se dieron cuenta. Su pecado no es la complicidad con criminales, nada de eso, si acaso tienen una falta es la de gobernar un reino que no es de este mundo, de operar en una dimensión alterna.
Los casos del huachicol fiscal y La Barredora