El sargento David Rubiano no habla en clave, ni recurre a eufemismos. Asegura que lo que hoy se conoce públicamente con las capturas de dos militares activos, una mujer que se hacía pasar como oficial de Policía y un hombre armado en flagrancia, él lo había denunciado desde hace meses dentro de la institución.
Dice que lo hizo por los canales regulares, que elevó alertas a sus superiores, a la contrainteligencia y hasta al ministro de Defensa. Pero, en lugar de respaldo, lo que recibió fue traslados, procesos disciplinarios y persecución interna.
“ Aquí se violó la seguridad nacional y el único responsable es el mayor Jiménez Cárdenas Pedronel, en compañía de su cómplice el sargento Padilla. Ellos me persiguieron en la institución. Han querido manchar mi imagen institucional. Esto no pue