El tenista español Carlos Alcaraz logró imponerse en su debut en el torneo de Tokio, de categoría 500 y que se disputa sobre pista dura, al argentino Sebastián Baéz por 6-4 y 6-2 en un duelo con un accidentado primer set, en el que debió ser atendido en su tobillo izquierdo por una torcedura y que estuvo suspendido por espacio de unos 25 minutos por la lluvia.
Alcaraz terminó el partido con el tobillo vendado como consecuencia de una torcedura en el primer punto del quinto juego, daño ‘menor’ si se tiene en cuenta las primeras impresiones que dejó y que dieron a entender un problema más grave en el gemelo o incluso en el tendón.
Tras ser atendido por el fisioterapeuta volvió a la pista pero aún tuvo que superar un nuevo contratiempo, un parón por lluvia de aproximadamente veinticinco min