Colin Farrell ha sido la gran estrella de este jueves en el festival de San Sebastián, donde ha venido a presentar a competición Maldita suerte , una película en la que encarna a Lord Doyle, un derrochador empedernido acuciado por las deudas que se esconde en Macao en busca de un último golpe de suerte en lo casinos de la ciudad. Allí es como una especie de fantasma que se hospeda en un hotel de lujo simulando que tiene dinero a mansalva cuando en realidad está en las últimas.

Cuando una noche se acerca a un casino para jugar al bacarrá, conoce a Dao Ming, una misteriosa empleada que podría ser la clave de su salvación. O no. “El juego es una adicción que nunca se me ha acercado. Me alegro de decir que nunca ha afectado ni mi cerebro, ni mi cuenta bancaria ni mi cuerpo”, ha declarado a

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