Fernando Redondo se ganó un lugar en la historia del fútbol gracias a su talento para manejar la pelota y su visión de juego elegante. En el Real Madrid vivió sus años dorados: conquistó dos UEFA Champions League, dos Ligas de España, una Copa Intercontinental y una Supercopa de España.
Luego, en el AC Milan, sumó otra Champions, un Scudetto, una Copa Italia y una Supercopa de Europa, confirmando su jerarquía en el fútbol europeo.
Con la Selección Argentina, en cambio, su paso dejó sensaciones encontradas. Ganó la Copa Confederaciones 1992 y la Copa América 1993, pero quedó marcado por decisiones polémicas y renuncias. El episodio más recordado fue su ausencia en el Mundial 1998 por diferencias con Daniel Passarella, además del golpe anímico en 1994 tras el doping positivo de Diego Marad