Al fútbol se juega con los pies pero también con la cabeza. Literal y metafóricamente. Dos goles con la testa confirmaron la remontada del Barcelona en el Carlos Tartiere, donde el Oviedo se fue al descanso ganando. Pero sobre todo el Barça necesita sensatez y orden para su juego tan cerebral. El estilo redimió al equipo blaugrana de sus prisas y exceso de aceleración. Es curioso pero el campeón remontó cuando jugó con calma y no con épica.

Pensó mejor el Barça con Frenkie de Jong en el campo y todo brotó de forma natural. Flick acertó con el neerlandés y después con los 25 minutos que le dio a Lewandowski. A los cinco de estar sobre el césped, el goleador anotó el 1-2 con un extraordinario remate de cabeza que deja a su equipo cerquita del Madrid en el pulso por la Liga .

El Bar

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