Leer es sexy, lo diga o su fotero. Así lo demuestran las últimas tendencias sociales a la hora de ligar. Más allá, por supuesto, de los que quedan para jugar al pádel o para practicar running con el objetivo de tocar peluche: allá cada cual lo que hace con sus sudores. Bueno, de vuelta a los libros, por un lado, parece haber un auge importante en España de esa práctica que los modernos llaman «performative reading», es decir, leer clásicos muy tochos –Tolstoi, Marco Aurelio, Thomas Mann– en el metro, en la barra de un bar o en la sala de espera de una clínica de injerto capilar. Al hilo, recomiendo seguir una cuenta en X, muy ilustrativa que se llama «Gente leyendo en el metro». Vamos, al «performative reading» aquí se le ha llamado de toda la vida postureo.
Por otro lado, ha entrado por