En España, existen más de 1.375 centros de protección para menores migrantes no acompañados , con más de 19.000 plazas disponibles. La mayoría son gestionados por entidades sociales y funcionan como espacios de refugio para jóvenes que llegan solos buscando protección y oportunidades. Sin embargo, más allá de las cifras, la realidad de estos menores es un camino lleno de retos y desafíos.
El principal escollo aparece cuando cumplen la mayoría de edad. A partir de ese momento, la pérdida de estos recursos se hace irremediable y deben enfrentarse a un mundo lleno de incertidumbres : , pagar un alquiler y vivir sin una red familiar ni afectiva que les sostenga. En un país donde la emancipación juvenil se ha ido retrasando hasta los 30 años , esta transición abrupta es especialmente d