El Mundial júnior de Kigali escribió este viernes una de esas historias que el ciclismo guarda en la memoria con mezcla de épica y tragedia. El británico Harry Hudson se proclamó campeón del mundo tras una carrera de 119,3 kilómetros vibrante, llena de ataques y alternativas, marcada por la crueldad del destino para España. Benjamín Noval, el gran favorito de la selección, había demostrado ser el más fuerte en los tramos decisivos, pero una caída a solo 3,4 kilómetros de la meta lo apartó de un podio que ya tocaba con los dedos.
Desde el inicio la jornada se disputó a un ritmo altísimo. Los intentos de fuga se sucedieron con nombres como el austriaco Heimo Fugger o el suizo Loic Schertenleib, pero el control férreo de Bélgica y Francia impedía que nada prosperase. España, con un blo