La jornada de combates arranca con la Batalla deportivo-marítima , una singular regata celebrada en el Puerto de Cartagena en la que compiten faluchos carthagineses y romanos. Se disputan pruebas masculina y femenina, con embarcaciones tripuladas por ocho remeros y un patrón. La rivalidad y el ambiente festivo convierten la cita en un espectáculo lleno de entusiasmo, que suele culminar con el tradicional chapuzón colectivo para celebrar la victoria.

El Desembarco de la Armada Romana revive la llegada de las fuerzas navales comandadas por el almirante Cayo Lelio, que se unen en tierra a las legiones de Publio Cornelio Escipión. Tras el desembarco, el general pasa revista a sus soldados, les transmite sus últimas órdenes y arengas, y finalmente da la orden de avanzar contra los defensor

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