Ni la mano invisible del mercado ni el equilibrio fiscal como condición suficiente, aunque necesaria. Los que rescataron a Javier Milei del naufragio fueron una mano con mala circulación, la de Donald Trump, y el cheque del Tesoro de los Estados Unidos —al que aún no se le puso cifra— para fortalecer las reservas . Esta última cuestión le han venido reclamando al Presidente, al menos desde la apertura parcial del cepo, desde los economistas “mandriles” y el staff técnico del Fondo Monetario Internacional, hasta el propio Gobierno norteamericano.

Si a Milei le interesara, tiene varias lecciones para aprender de su septiembre negro, una crisis incubada en la propia inconsistencia del programa económico y en su arrogancia política y que se desató tras la derrota del domingo 7 en

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