La noche del jueves, fuerzas policiales ecuatorianas desalojaron por la fuerza a manifestantes que se habían congregado en la ciudad de Cuenca, en el marco del cuarto día de paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Ecuador (Conaie) y diversas organizaciones sociales, desestimando así el derecho a la protesta pacífica.
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La intervención fue denunciada por colectivos de derechos humanos como una violación al derecho constitucional a la protesta pacífica, en medio del rechazo ciudadano a las medidas económicas impulsadas por el gobierno de Daniel Noboa, entre ellas la eliminación del subsidio al diésel.
La represión no se limitó a Cuenca. En Ibarra, a 549 kilómetros de