No hay ningún partido cómodo en Ipurua . Lo reafirma la historia del Deportivo , la filosofía de los armeros, la caja de cerillas que es ese campo y la apuesta futbolística de Beñat San José. Una sensación, una realidad. No hay manera de regatear esa incomodidad que el equipo coruñés va a sentir y que está dispuesto a afrontar como quien se pone los pantalones de lluvia y se lanza al charco con el barro hasta la cintura. La próxima prueba al líder le llevará a enfrentarse a un Eibar que no elude ni su historia ni el sudor, pero que también traza un fútbol combinativo cuando la ocasión lo requiere. Apretar arriba o atraer en la salida para ser vertical y golpear, sin renunciar a otro tipo de acometidas más masticadas. Esa es la fórmula híbrida de un equipo que se ha mostra

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