El Casademont Zaragoza tuvo una presentación demasiado accidentada. El equipo se llevó la victoria (88-74) ante un Benfica excesivamente duro en sus formas, desde luego nada amistoso, mostró que todavía está verde en varios aspectos, pero lo peor fue que perdió a dos jugadores por lesión, Stephens y Stevenson, a poco más de una semana de que empiece lo serio. Lo mejor fue ver a Joaquín Rodríguez reclamando minutos y protagonismo como se debe, en la pista, cambiando un partido que amenazaba con embarrancar cuando irrumpió en la segunda parte para poner otro nivel de energía, aportar puntos y defensa y llevar al equipo a la victoria.

El rival no era el mejor para sacar grandes conclusiones y para colmo, se empleó con excesiva dureza desde el principio, pero podía permitir al Casad

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