Seguir el progreso de la prolongada apuesta del capital global por el excepcionalismo estadounidense se está volviendo una tarea cada vez más desorientadora . Claro que no se puede negar la fortaleza de la narrativa subyacente. Ya sea en función de la fuerza militar, la demografía, la autosuficiencia energética, la supremacía tecnológica o la profundidad de sus mercados, EE.UU. no tiene, en la práctica, un par internacional -aunque China aspire a desafiar su posición hegemónica.
A pesar del berrinche arancelario de abril en los mercados durante el " día de la liberación " de Donald Trump , los inversores globales, en apariencia, han sido indulgentes y han optado por disfrutar de la euforia del auge de la IA. El mercado del Tesoro estadounidense, aunque perturbado por los acontecimi