No matarás.

A nadie.

Ni prostitutas, ni viudas negras.

Es hora de dejar de vender titulares para ganar seguidores. Tres pibas ya no están.

Si creemos que alguien merece morir por ejercer la prostitución, tenemos la obligación de preguntarnos por qué existe la prostitución. Mientras haya consumidores de niñas y mujeres en calidad de objeto, y mientras haya niñas y mujeres privadas de libertad para elegir, la prostitución seguirá siendo uno de los negocios más rentables. Mientras los titulares remarcan la profesión de una víctima como si eso justificara su asesinato, seguimos legitimando, aunque sea con palabras, la impunidad. Esa estigmatización funciona como la mejor publicidad para quienes consumen prostitución: normaliza, naturaliza y oculta responsabilidades.

Lo que se nombra y cóm

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