De forma artera y sanguinaria, esperaron a Gilberto Caraballo y Jesús Flores en horas de la madrugada, a su paso por la calle San Carlos del sector Arure en Sierra Imataca, municipio Casacoima, disparándoles a los rostros.

Cada homicida con una escopeta, apuntaron simultáneamente a las cabezas, para luego huir en veloz carrera.

Flores pereció al instante, sin embargo, Caraballo fingió morir, esperando que los victimarios se fueran para acudir a un centro hospitalario.

Una vez a salvo, pudo advertir lo que había ocurrido, logrando en plena convalecencia en el CDI Simón Bolívar, suministrar datos precisos a los funcionarios de la Dirección del Servicio de Investigación Penal de Polidelta, a cargo del inquieto Com/J Galindo Herrera.

Informado en Tucupita el jefe de Polidelta, Primer Comis

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