A lo largo de todos mis años de carrera periodística, que roza ya el medio siglo, he conocido solo una prensa libre e independiente en Estados Unidos.
Arranqué mi andadura profesional en la década de los setenta, en una época en la que los estadounidenses podían ver con claridad cómo la prensa obraba al servicio de la democracia. Como muestra, con la publicación de los Papeles del Pentágono, primero por The New York Times, el público estadounidense pudo tomar conocimiento de los fracasos encubiertos por su Gobierno durante la larga y cruenta guerra de Vietnam. Después vino el Watergate, una investigación encabezada por The Washington Post, que permitió a los ciudadanos del país saber cómo su presidente había empleado el Gobierno como arma arrojadiza contra sus adversarios políticos, abusa