Cartas al director

Teníamos entendido que en España eran los jueces los que determinaban quiénes eran culpables y quiénes inocentes. Sencillo: es la Judicatura la que determina la autoría de los delitos. Esta mañana nos levantamos con la sorpresa de que es el presidente del Gobierno el que decide esta cuestión. Tranquilamente declara que su esposa es inocente y su hermano también. A su esposa será un jurado el que acuerde su culpabilidad o no. En el caso de su hermano será un juez.

Si Sánchez pudiera, declararía inocente a la ristra de imputados por los numerosos escándalos de corrupción que lo han acompañado desde el inicio de su legislatura. Y así Ábalos, Koldo o Cerdán se verían exonerados de pasar por los tribunales y enviados tranquilamente a sus casas.

Si vemos lo que ha sucedido

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