El 2024 quedará marcado en la memoria económica del Biobío como el año en que Huachipato, la histórica siderúrgica de Talcahuano, cerró sus puertas dejando tras de sí un vacío productivo y laboral. La noticia impactó de lleno en empresas contratistas y proveedoras, muchas de ellas con décadas de experiencia ligadas al acero y que, de un día para otro, se quedaron sin su principal cliente.

La urgencia de sostener empleos y evitar un colapso en cadena llevó al Gobierno y a entidades regionales a poner en marcha el Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío, que movilizó recursos por más de $4.459 millones. La estrategia combinó subsidios laborales, apoyos financieros, programas de inversión y asesorías técnicas, con el propósito de dar un respiro a las pymes y abrirles la posibilidad de

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