El aeropuerto de Barcelona arranca esta semana la primera fase de su ampliación con la transformación de la T1. El primer paso de esta gran reforma consiste en la instalación de los nuevos filtros de seguridad, unas máquinas de mayor tamaño y sofisticadas que las actuales. Con ellas, la infraestructura se adaptará a las nuevas normas europeas y además ganará en eficiencia, ya que los pasajeros no tendrán que sacar aparatos electrónicos ni líquidos de las maletas de mano. De esta manera, pasar los controles se convertirá en un trámite más rápido y sencillo.
Esta previsto que las actuaciones en el filtro principal de la T1 se inicien entre esta noche y mañana, por los usuarios notarán ya los efectos de unas obras que se alargarán casi una década. La directora del aeropuerto, Eva Valenzu