En este mes de Mayo en el cual festejamos y honramos a mamá, deseo unirme a este festejo dedicando unas líneas de reconocimiento a nuestras madres.

Toda la vida y por la eternidad, estaré agradecido a Dios por una madre que amó al Señor, oró siempre por sus 8 hijos y los encaminó a todos en el evangelio.

Mi padre fue un hombre bueno aunque negligente, nunca fue participante activo en la iglesia y no fue fiel y responsable en la crianza de sus hijos.

Pero mi madre era la motora espiritual de la casa durante los años de nuestra formación.

Me acuerdo cómo me hacía sentarme al frente de ella cada vez que yo llegaba a casa y ella deseaba que le oyera lo que había escuchado en su iglesia; me contaba las historias bíblicas que había escuchado.

Ella fue quien me enseñó a orar y confiar en el

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