Daría la sensación de que los Martín Fierro ya no se entregan, se reparten . Nuestro gaucho insignia está más deconstruido que Lali Espósito. Nunca, pero nunca olvidemos que Mirko, el hijo de Marley, ya ganó dos de los muchos que ahora existen . Por Ventura (por Luis) la tradición promete reproducirse premiando inmobiliarias, mascotas y programas de joyas.

Esto también debe ser culpa de 20 años de kirchnerismo. Como en un campeonato del Club de Amigos, todos ganan un Martín Fierro. Deben quedan poco seres humanos que no tengan uno. En breve, “mejor actor zurdo” .

El Martin Fierro colapsa en su diversidad demostrando que el contexto es el nuevo contenido. Fatiga de galardón podría ser el diagnóstico. Empeñados en una falta de credibilidad cada vez menos llamativa, avanza con ri

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