Suele considerarse que el perro es el mejor amigo del hombre, pero en el caso de Lewis Hamilton esto era una certeza. Era su fiel compañero de vida, pues siempre estaba a su lado en los grandes acontecimientos, también en su rutina más austera. Formaban un equipo, lo que permitió que Roscoe, su bulldog inglés, comenzase a gozar de protagonismo y popularidad propia más allá de la que arrastra su famoso dueño. Pero la tragedia se ha instalado en casa del piloto, quien se ha visto en la obligación de despedirse de su amor incondicional.
El piloto de Fórmula 1 está destrozado por la muerte de su mascota. “Murió el domingo por la tarde, 28 de septiembre, en mis brazos”, ha lamentado el propio velocista a través de sus redes sociales, dejando en shock a sus seguidores. Nada hacía presagiar este