La salud del corazón se ha consolidado como una prioridad de salud pública a nivel mundial. Gracias a la investigación científica y la promoción de hábitos saludables, la lucha contra las enfermedades cardiovasculares dispone cada vez de más herramientas para su prevención y tratamiento.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que un enfoque integral en esta área representa la mejor oportunidad para mejorar la calidad de vida de millones de personas.

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El enfoque terapéutico se apoya en tecnologías farmacéuticas que buscan mejorar la experiencia del paciente, asegurando una mayor adherencia, eficacia y seguridad en los tratamientos.

Ejemplo de esta evolución, de acuerdo con

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