Para quienes todavía disfrutamos y ansiamos el plan de sentarnos en el sillón a ver una serie o una película, grabar una ficción en formato vertical y fragmentarla en 70 clips de un minuto y medio puede sonar casi a sacrilegio. Pero… ¿quién tiene realmente la autoridad moral o estética para decidir si esto es mejor o peor como forma de expresión artística?

Hay una realidad que nos trasciende y va más allá de los juicios de valor que hagamos: los modos de consumo cambiaron. Y plataformas como ReelShort apostaron a estas nuevas formas con contenidos que se alejan de lo tradicional y acumulan millones de reproducciones. Hay un público, enorme, que está mirando películas de esta manera. Y Argentina, de la mano de la productora Río Ancho (surgida de la alianza entre la productora cordobesa Twi

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