La historia de Tito no se entiende sin el río Limay . Desde muy joven eligió la orilla como lugar para vivir y trabajar, convencido de que ahí estaba su lugar en el mundo. Mientras muchos buscaban ciudad, cemento y movimiento, él se aferró al murmullo del agua y al verde de los álamos. “El río me da paz, acá tengo todo lo que necesito”, repite, como si esa frase pudiera resumir toda una filosofía de vida.
El camping Nepen Hue fue el escenario donde levantó su espacio: una cabaña rústica, que con los años se transformó en un bar y punto de encuentro para generaciones de plottierenses y visitantes. “La Cabaña de Tito” se convirtió en un nombre propio, sinónimo de mate compartido, música y charlas interminables.
Aunque en los papeles figura como Omar Orlando Tarifeño, pocos lo llaman as