El multimillonario David Martínez, primer accionista individual del banco catalán, puede ser clave en la OPA; coqueteó de joven con el sacerdocio y ha canalizado su participación en la entidad a través de Islas Vírgenes y Belice

La CNMV aprueba la mejora de la opa de BBVA sobre Sabadell

Una de las incógnitas en la gran operación empresarial del momento en España tiene acento mexicano. El consejo de administración de Banco Sabadell ultima su opinión sobre la mejora del 10% anunciada la semana pasada por BBVA en su oferta pública de adquisición (OPA) por la entidad catalana, cuyos gestores siguen considerando insuficiente, aunque se desconoce qué postura tendrá su mayor accionista individual, el discreto multimillonario mexicano David Manuel Martínez Guzmán.

En la planta noble de la entidad vallesana podría resonar estos días un verso del Me and the Devil Blues del legendario Robert Johnson, nacido, como Martínez, un 8 de mayo: “Ahora cariño, sabes que no me estás haciendo bien, ¿no?”, rezaba aquel blues en el que el demonio le decía al protagonista: “Es hora de irse”.

Se desconoce si el magnate acudirá a la llamada del BBVA, pero es un actor relevante en una operación considerada “hostil” desde el principio por Banco Sabadell y a la que el Gobierno se mostró reacio desde el minuto uno.

A sus 68 años, Martínez participa en el Sabadell desde septiembre de 2013. Es consejero desde marzo de 2014, pero no acude a sus juntas de accionistas, tampoco de forma telemática. Con su 3,86% del banco, valorado a los precios actuales en unos 640 millones, hasta ahora ha jugado al despiste en la OPA. En el informe sobre la primera propuesta del BBVA abandonó su habitual discreción y se mostró en contra, pero con cuidado. Se desmarcó del resto de consejeros y se abstuvo en la votación mostrándose receptivo a una mejora del precio.

“A mi juicio, la operación presentada por BBVA constituye la estrategia acertada para las dos instituciones”, dejó escrito. “Respecto al precio, solicito respetuosamente a BBVA que lo reconsidere y presente una oferta competitiva, a un precio que permita alcanzar la aceptación de, al menos, el 50% de los accionistas del Banco Sabadell”.

Habrá que ver si esa mejora del 10% le parece suficiente al mexicano, que se ha labrado una merecida fama de inversor avezado, especialista en comprar deuda corporativa y soberana en situaciones límite. Con un halo de hombre misterioso (su fondo, Fintech, no tiene ni página web), no da entrevistas ni permite que le tomen fotografías, pese a que los medios de comunicación están entre los sectores en los que ha invertido en los últimos años.

En Argentina, uno de los países donde hizo fortuna comprando deuda a derribo a comienzos de siglo, es socio estratégico de Grupo Clarín, el mayor conglomerado mediático del país. En México fue en su momento prestamista de Televisa y hace un año se convirtió en tercer accionista con un 7,8%, tras anunciar su salida el presidente, Emilio Azcárraga Jean, en plena investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos por una trama de supuestos sobornos a funcionarios de la FIFA.

Martínez, “el fantasma de Wall Street”, como lo han bautizado varios medios, vive a caballo entre Nueva York y Londres y entró en el capital del Sabadell hace doce años, en una ampliación de 1.400 millones en la que tomó un 5% en una operación valorada en unos 275 millones junto a otra gran fortuna latinoamericana, el colombiano Jaime Gilinsky, protagonista de una controvertida operación desde Panamá que reveló elDiario.es en 2017.

En sus primeros años como accionista, Martínez participó en el banco a través de una sociedad denominada Winthrop Securities LTD, en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes Británicas, que está en el listado de jurisdicciones “no cooperativas” de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT).

De esta sociedad ya no hay rastro en los registros de participaciones significativas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La sustituyó en agosto de 2018 (coincidiendo con una investigación del regulador bursátil español) Fintech Europe SARL, radicada en Luxemburgo, parada habitual de los grandes fondos.

Con esta instrumental del Gran Ducado Martínez controla la mayor parte de su paquete en Sabadell (3,105%). Fue inscrita en 2014 por el multimillonario y una sociedad de Belice, Diretora Corporate Services SA, que según documentación en Panamá fue inscrita en agosto de 2003 en este territorio caribeño, incluido por el Consejo Europeo en su lista de paraísos fiscales hasta febrero de 2024.

Según el Registro de Luxemburgo, el 30 de abril de 2014, Martínez le vendió todas sus acciones en esa sociedad del Gran Ducado a Fintech Investments Ltd, inscrita el 21 de septiembre de 1989 en Islas Vírgenes británicas. Por esas fechas, el multimillonario acababa de comprar a través de esa firma del Gran Ducado un 4,5% del Banca Monte dei Paschi di Siena, uno de los mayores bancos italianos y el más antiguo del mundo, del que fue consejero hasta febrero de 2015.

855 días tarde

En octubre de 2020 la CNMV impuso al mexicano una multa de 300.000 euros, confirmada por el Tribunal Supremo en 2023, por una infracción “muy grave”, ocultar sus participaciones en Sabadell.

“No notificó su verdadera posición accionarial, limitándose a comunicar la tenencia directa de 10 derechos de voto cuando era entonces titular indirecto de una participación significativa de más de un 3%. Y, más tarde no notificó a la CNMV las operaciones realizadas sobre acciones, siendo ya Consejero de la sociedad, haciéndolo tan solo en septiembre de 2018, después de iniciarse, con su conocimiento, tareas de investigación de la CNMV”.

Las operaciones no comunicadas ascendieron “a 33 por cuantía total de más de 157 millones de acciones de Banco de Sabadell (el 2,8% de su capital) y con una demora entre 7 y 855 días sobre el plazo exigido”, se lee en la sentencia de la Audiencia Nacional que confirmó la multa.

Fue “un incumplimiento mantenido desde que se entra en el accionariado”, y “solo se procede a reponer la obligación incumplida cuando tiene conocimiento del inicio de las funciones inspectoras de la CNMV”, por “alguien que, ADEMÁS, es consejero de la cotizada, en la relevancia que puede tener para los inversores, para el mercado en general, que estos comportamientos los realice precisamente el que dirige al emisor ocultando su participación relevante mediante sociedades interpuestas”. Las mayúsculas son literales.

Según los registros de la SEC estadounidense, el mexicano ha utilizado su firma de Islas Vírgenes Fintech Investments Ltd en operaciones de financiación Telecom Italia en 2014 (también participó esa firma de Belice), y otras relacionadas con su 29,9% en el operador mexicano de aeropuertos OMA, que vendió al grupo francés Vinci en 2022. La propia Diretora Corporate de Belice fue administradora de una empresa española, ya disuelta, que presidía Martínez antes de su asalto al Sabadell y estaba vinculada a la argentina Cable TV.

En 2016 el multimillonario se alió con Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia, copresidentes de Televisa, para comprar la constructora mexicana ICA, entonces en quiebra. Como contó en marzo Proceso, tiene el 34,9% a través de dos sociedades en Luxemburgo (Bagual Sarl y Harpoon Sarl) controladas desde Delaware (EEUU), que no es paraíso fiscal para la AEAT. Tras reestructurarla, ICA se convirtió en una de las principales contratistas de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Manuel López Obrador. Esto permitió a sus dueños embolsarse decenas de millones de dólares en dividendos. Como otras participadas de Martínez, entre sus grandes financiadores está BBVA, líder en el mercado mexicano.

Al multimillonario lo sacó del semi anonimato en octubre de 2012 The New York Times. Reveló que en su juventud consideró ordenarse sacerdote y fue miembro del Regnum Christi, grupo evangélico relacionado con los Legionarios de Cristo, la orden ulcatólica fundada por el cura pederasta mexicano Marcial Maciel, que tuvo entre sus benefactores a la gran fortuna azteca, Carlos Slim, con quien se ha llegado a comparar a Martínez.