La escena podría ser cualquiera de aquellas noches platenses de fines de los setenta . Una casa donde conviven discos británicos, bocetos de arquitectura, retazos de telas y conversaciones que sueñan con una modernidad que todavía no tenía nombre en la Argentina. En ese territorio, Federico Moura empezaba a delinear su destino: no solo como cantante y líder de Virus, sino como un artista integral, alguien que haría del estilo una forma de vida.

Más de cuatro décadas después, ese joven que marcó a fuego la música nacional tiene, al fin, una biografía a su altura. “Perfecto Hermoso Veloz Luminoso. La vida de Federico Moura” (Sudamericana, 2025) , escrita por Gustavo Bove, se propone algo más que un repaso de fechas y discos. Busca devolverle dimensión humana al mito.

En diálogo con L

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