Los grandes empresarios, los varones nacionales del capital que suelen desconfiar de todo lo que huela a cambio político, hoy se muestran más serenos de lo esperado frente al nuevo gobierno mexiquense. La evidencia los acompaña: en 2024, el Estado de México captó 2 642 millones de dólares de inversión extranjera directa, segundo lugar nacional, y en un año sumó 67 459 empleos formales, crecimiento de 3.6 % frente a la parálisis del promedio nacional. La economía local avanza a un ritmo de 1.8 % anual, suficiente para disipar el fantasma de fuga de capitales que muchos auguraban con la llegada de la 4T. Al frente, Laura González se ha convertido en bisagra eficaz: proveniente del empresariado, hoy funge de garante de certidumbre para los dueños del dinero. El resultado es un clima de confia
Capital contento

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