El Manchester United ha vuelto a protagonizar un inicio de temporada desastroso, a pesar de la inversión realizada, otra vez más, en traer nuevos refuerzos. Rubén Amorim pidió múltiples caras nuevas, en especial, para la parcela ofensiva, y pagaron mucho dinero en cracks como Bryan Mbeumo, Matheus Cunha o Benjamin Sesko, que por ahora no han dado el rendimiento deseado. Y los resultados siguen siendo un absoluto desastre.
Un problema que amenaza con costarle el cargo al entrenador portugués, quien está cerca de ser despedido, si no consigue revertir la situación actual. Y en Old Trafford de nuevo apostarán por encontrar una solución a base de talonario, incorporando a cracks que puedan mejorar el nivel competitivo de la plantilla. En este sentido, un nombre del cual no consiguen olvidar